La relación entre la alimentación y la ansiedad es uno de los temas que tiende a ser priorizado en las investigaciones de los sistemas alimentarios. Es decir, sin importar que se trate de una persona con un hígado graso o cualquier otro tipo de enfermedad, es clave reconocer que la dieta tiene implicaciones para el manejo de la ansiedad.
¿Cuál es el impacto de la alimentación sobre la ansiedad?
Son diversos los estudios en los que se concluye que una nutrición de buena calidad y con mejores resultados para la salud mental, se caracteriza por mantener los principios de la alimentación del estilo mediterráneo, en donde prioridad por el aceite de oliva, verduras, frutas, frutos secos y el pescado.
Por otro lado, la relación es negativa entre la alimentación y la ansiedad cuando se sostiene una dieta occidental, en donde hay abundancia de comida rápida, dulces, alimentos fritos, carne procesada, harinas refinadas y pocos vegetales.
¿Qué alimentos evitar si se padece de ansiedad?
Cafeína – Una buena cantidad de personas consumen café en la mañana. Es seguro consumir una dosis moderada de cafeína, aunque también tiene un impacto negativo. Cuando se consume cafeína en exceso, los efectos secundarios pueden ser irritabilidad, problemas de insomnio y nerviosismo.
Bebidas energéticas – En la medida de lo posible, son un producto que se debe eliminar de la alimentación, pues no tiene ninguna clase de beneficios y casi siempre se asocian con diferentes problemas de salud. Su consumo a largo plazo implica graves afectaciones para sistema nervioso e incluso la literatura científica apunta al desarrollo de problemas mentales.
Alcohol – El sistema nervioso central se ve afectado por el alcohol. En principio, ofrece un efecto calmante, pero después puede aumentar el nerviosismo y alterar el sueño. También modifica el nivel de serotonina y los neurotransmisores en el cerebro.
Azúcar añadido y edulcorantes artificiales – No se recomienda para quienes son más propensos a sufrir de problemas de ansiedad y depresión. Una dieta con una alta proporción de azúcar puede incidir en los trastornos del ánimo.
Procesados – La evidencia científica muestra cada vez más los distintos efectos negativos de esta clase de alimentación en la dieta. Respecto al estado de ánimo y los trastornos de ansiedad, los ingredientes que se conocen como grasas trans, grasas saturadas, azúcar, sal y harinas refinadas, son los que mayor impacto tienen. Es factible que las personas con una dieta de este tipo desarrollen síntomas de ansiedad y depresión de un modo mucho más probable en comparación con una dieta de tipo mediterráneo.